Trucos para la limpieza de nuestras brochas

Como sabéis la correcta limpieza de las brochas que utilizamos para maquillarnos es muy importante, sobre todo, las que usamos para los ojos. Las brochas y pinceles hay que limpiarlos muy a menudo, como mínimo una vez al mes. Lo que yo hago es limpiar semanalmente las que más uso y una vez al mes hago limpieza general de todas. Aunque no las usemos pueden tener polvo o bacterias.

En el mercado venden algunos productos para la limpieza específica de brochas y pinceles. Yo prefiero una limpieza más a fondo, aunque estos productos servirían para mantenerlas higienizadas a diario. A la hora de limpiar nuestras brochas debemos distinguir las que usamos para productos en crema o líquidos y las que usamos para productos en polvo (estas últimas suelen ser de pelo natural).

Brochas para productos fluídos: estas brochas son de pelo sintético. Para su limpieza lo que uso primero, para retirar todo el producto que se ha quedado pegado en las cerdas, es un poquito de aceite de oliva. En la palma de la mano nos ponemos una gota de aceite y con la brocha previamente humedecida bajo el grifo hacemos movimentos circulares sobre la palma de la mano para que el aceite actúe y elimine todo el producto graso. Os garantizo que con este único paso la brocha queda impecable. Con la brocha siempre hacia abajo, vamos mojándola y retirando el exceso de agua. Tras esto hacemos lo mismo que con el aceite pero con un poquito de champú muy suave. Con movimentos circulares continuamos limpiando la brocha. Retitamos el exceso de espuma con agua y seguimos haciendo estos movimientos sobre la palma de la mano, enjuagamos y seguimos. Hasta que veamos que al hacer circulitos sobre la mano ya no sale nada de jabón. Damos forma a la brocha y con una toalla seca retiramos el exceso de agua. Para secarlas las ponemos sobre un papel absorvente de manera horizontal. Nunca boca arriba cuando están mojadas. Podría entrar agua en la virola y estropear la brocha. Yo suelo limpiarlas por la tarde-noche y las dejo secar durante toda la noche. Es importante que las brochas sequen completamente.

Brochas para productos en polvo: estas brochas suelen ser de pelo natural. Son las que solemos usar para aplicarnos las sombras en polvo, el colorete y los polvos sueltos o compactos. Para limpiar corréctamente las brochas de pelo natural hay que hacer todo lo que he explicado anteriormente pero eliminando el paso del aceite. O sea, simplemente agua y champú suave. Y aquí viene el trucazo que me dió mi amiga Luz para que las brochas sigan estando suaves y no pinchen después de tantos usos y lavados. Pues tras la limpieza, debemos aplicar un poquito de mascarilla capilar a las brochas de pelo natural y dejarla actuar unos minutos. Después retirarla de la misma manera que retiramos el champú, darles forma y dejar secar. He de decir que he esperado a escribir este post a comprobar la eficacia de este truco y, en efecto, se quedan súper suaves. Yo lo he probado con brochas que tenía descartadas porque se me habían vuelto muy ásperas. La verdad es que me ha encantado este truco. A partir de ahora lo llevaré a cabo siempre que limpie mis brochas.

Comentaros también que las brochas tienen una vida útil y que algunas se estropean de manera irrecuperable. Cuando empiezan a perder pelitos ya no hay nada que hacer. Además es súper incómodo utilizar brochas a las que se les cae el pelo. Esas deberíamos descartarlas totalmente.

Espero que os haya servido de ayuda, que lo pongáis en práctica y me contéis qué tal os funciona el truco de la mascarilla.

Besos.

M.S.